Matt Dillon
Abordar el carro de un desconocido en una región apartada no siempre es buena idea, puede ser que esa persona sea un asesino serial. Desde pequeño, Jack tuvo un cierto afín a hacer daño sin razón alguna. Ahora, tras doce años de convertirse en una mente maestra de asesino serial, no descansará hasta saciar una sed interminable de matar personas con su... Seguir leyendo
Abordar el carro de un desconocido en una región apartada no siempre es buena idea, puede ser que esa persona sea un asesino serial. Desde pequeño, Jack tuvo un cierto afín a hacer daño sin razón alguna. Ahora, tras doce años de convertirse en una mente maestra de asesino serial, no descansará hasta saciar una sed interminable de matar personas con su elegante estilo. Lars Von Trier aborda el desequilibrio humano al retratar la vida de una persona que vive aislada y que con cada asesinato, trata de decirle al mundo cómo se encuentra por dentro.
Consenso de Críticos: La Casa de Jack presenta a Lars Von Trier en su más orgullosa obra: difícil de ignorar y para muchos espectadores, difícil de digerir.
Con menos secuencias provocadoras (comparada con Antichrist, 2009 y Nymphomaniac, 2013) que la vuelve un poco más apta para ojos sensibles (recordando su infame regreso al pasado festival de Cannes con opiniones claramente divididas y la polémica con PETA), consigue mi aprecio por esta obra con el hecho de hacer un vasto recorrido por la historia y el arte en un guion original en un marco de autoría que abarca distintos géneros con un protagonista con un desorden psiquiátrico (véase el segundo incidente para entender la complejidad del trastorno puesto en práctica, sin importar el acecho inminente de la policía ante un reciente asesinato) acompañado por Fame de David Bowie. Consigue el fin de un recurso artístico, su goce estético.
JJJJoya, Lars nos regala un gran film lleno de violencia que a mas de uno le hace cerrar los ojos
Habla sobre la culpa, la excitación, la familia, las mujeres, los maestros del arte en la historia del mundo, no los típicos y aquí es donde von Trier se cuelga una medalla como el más narcisista de todos al autoreferenciarse y colocarse en el estrado de los más talentosos. Es una película que exalta a su máximo esplendor el narcisismo, el egoísmo y la misoginia.
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