Dolores Heredia
Chicuarotes trata acerca de ‘el Cagalera’ y ‘el Moloteco’, dos chicos que buscan desesperadamente salir de la situación y de su pueblo natal. La travesía inicia cuando un amigo de ellos les habla de la posibilidad de comprar una plaza en el sindicato de electricistas, para lo cual idean distintas formas de juntar el dinero y poderse ir junto con... Seguir leyendo
Chicuarotes trata acerca de ‘el Cagalera’ y ‘el Moloteco’, dos chicos que buscan desesperadamente salir de la situación y de su pueblo natal. La travesía inicia cuando un amigo de ellos les habla de la posibilidad de comprar una plaza en el sindicato de electricistas, para lo cual idean distintas formas de juntar el dinero y poderse ir junto con Sugehili, la novia de ‘el Cagalera’. Esto los lleva por una aventura juvenil que desemboca en un tornado del mundo criminal.
Consenso de Críticos: Chicuarotes tiene buenas intenciones, pero el miserabilismo y el tremendismo del que hace gala, hacen imposible que los espectadores se conecten con la historia.
Una buena película, con una trama dramática y excelentes interpretaciones; la recomiendo.
‘Chicuarotes’ resulta notables por destellos. El sólido reparto es reflejado en diversos encuadres y close-ups ante las preocupaciones que los sucumben o en trazas de neón para enaltecer la inocencia que se va perdiendo. La escena inicial será difícil de igualar por ser un fiel retrato de la idiosincrasia mexicana. Sin embargo, conforme avanza el metraje la fórmula de la innovación se desdibuja en un discurso convencional y melodramático.
Me gustó la película de principio a fin. Buenas actuaciones. Historia tal vez no tan novedosa o convencional pero entretenida.
Explotando la misma temática desde amores perros, de hueva los tiempos ya cambiaron, el barrio ya no es así, le falta maldad.
La pornografía social de Chicuarotes demuestra varias cosas: la ganas de notoriedad del director, la incompetencia de escribir otras historias y llevar por otros géneros al cine nacional. Pero sobre todo, la pretenciosa forma de querer mostrar a un pueblo mexicano su realidad, su deterioro y su incapacidad social para cambiar su situación y, sobre eso, por esa ventana que abre a nuestro más oscuro espacio, hacerse de un nombre de director y realizador. Sin embargo, queda lejos de aquel Luis Buñuel que entendió y comprendió una sociedad mexicana. Por eso él sigue vivo en Los olvidados, película que sí le dio forma notoria a esas calles y vidas de una realidad palpable que sigue vigente, pero que también sufre más que nunca.
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