En un futuro donde el gobierno registra los sueños y los grava por el simple hecho de soñar, un contador de sueños se ve atrapado en los sueños de un anciano excéntrico.
Con mucha imaginación y toques de surrealismo, Strawberry Mansion es un ensueño humorístico, oscuro y conmovedor transmitido con ricos colores y dirigido con una visión caleidoscópica.
... Audley y Birney están más interesadas en presentar una historia atemporal. Es un libro de cuentos de colores dulces que no quiere nada más que tranquilizarte.
Los cineastas hacen mucho con poco y no intentan ocultarlo, lo que contrasta con la idea de que la narración basada en efectos pertenece exclusivamente al costoso ámbito de los espectáculos de Hollywood.
El resultado es un ejercicio de estilo autoindulgente que termina siendo casi una siesta completa, no el tipo de sentimiento que desea obtener de una película cuya premisa promete ser Black Mirror y Paprika de Satoshi Kon, pero en cambio termina siendo poco interesante.
Con sus esquemas de color tremendamente expresivos y paisajes de ensueño inventivos, Strawberry Mansion también evoca un futuro optimista a través de un retiro a nuestro pasado analógico. Audley y Fuller son increíblemente divertidos como amantes intergeneracionales (e interdimensionales)...
Un caramelo distópico, con el que te puede incluso subir el azúcar porque no se priva de ensoñaciones románticas en las que todo es posible contra el tiempo, la edad y las distancias insalvables en un mundo físico.
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