Carmen Vidal es una detective privado adicta a la pizza, la cerveza y la marihuana que lucha contra un Senador criminal para vengar la muerte de su colega, en una comedia noir sobre la superación personal.
Edad 15+ (Para mayores de 15 años. Puede contener violencia moderada, desnudos en segundo o tercer plano, simulación de relaciones sexuales sin presencia de genitales, uso moderado de drogas, alcohol y tabaco.)
Tomatómetro
El porcentaje de Críticos Aprobados que han dado una reseña positiva a ésta película.
Una detective que no resuelve casos. Una casa que se desmorona. Unos colegas que no son tales. Una protagonista mujer que nos hace reír. Un film arriesgado y delirante. Carmen Vidal mujer detective es un pequeño tesoro para quien sabe mirar.
Con tintes de Karausmaki, los hermanos Coen y Torrente, Eva Dans nos invita a recorrer un camino de búsqueda de cierto logro personal. La ópera prima marca un buen comienzo para la joven cineasta que logra acariciar con manos mansas los temas que hoy preocupan a la sociedad como las altas tasas de femicidio en Latinoamérica.
La película, en definitiva, deja un resultado de “buen intento”; las bases están y las conexiones cinéfilas también, pero las resoluciones sobre el propio material evidencia una falta de balance entre las convenciones del género y las ideas frescas para superar la mera instancia del ejercicio.
...por algún motivo inexplicable, el lirismo de perdedores cede el paso a un coladero de actuaciones desastrosas en personajes laterales, a ritmos narrativos desencontrados, como si la abulia hubiera ganado la pulseada frente a un juego que venía muy bien.
“Carmen Vidal mujer detective” tiene mucha referencia al cine negro y la comedia policial al estilo de “La pistola desnuda”. Se trata de una película con potencial, que tiene momentos muy graciosos, pero que se debilita por su trama.
El problema de hacer un largometraje –no supera los 70 minutos, pero igual es demasiado– en base a este tipo de personaje cuando la trama en sí no tiene sustancia alguna es que la broma (...) se acaba relativamente pronto y lo que sigue se vuelve entre irrelevante e interminable.
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