Si bien Wildcat no es una ilustración perfecta de la vida de O'Connor, es una joya fascinante de película que rompe las convenciones del género biográfico. Hawke entiende que la mejor manera de entender a un artista es a través de su trabajo. Esta película no sólo logra eso, sino que también logra presentar a los espectadores las complejidades del trabajo de Flannery O'Connor.
La personalidad de O'Connor y la atención al detalle de los cineastas hacen que este extraño estudio de personajes valga la pena para los literatos que buscan nuevos ángulos desde los cuales hacer observaciones sobre temas perennes para análisis biográficos, así como para que los estudiantes estudien aspectos significativos de un escritora cuya personalidad y talento probablemente seguirán siendo temas de interés durante mucho tiempo.
Hay hermosas imágenes en juego aquí, y la admiración por la lucha de O'Connor por mantenerse fiel a sí misma y la extrañeza de su trabajo se filtra de la película en cada fotograma. A pesar de sus defectos, Wildcat posee un amor palpable por el tema. Pero la pasión por sí sola no hace una buena película, y todo lo que pasa a primer plano en esta película no converge en absoluto.
O'Connor era una realista con un don para lo grotesco, y su abrasiva sensibilidad gótica sureña definitivamente influye en el tono duro y color óxido de la película. Dicho esto, no era dada al pastiche ni a otros trucos modernistas y, sin embargo, esa es la forma que los Hawkes han elegido aquí, probando y remezclando elementos de su vida y obra en un audaz (y a veces arduo) collage, en el que amigos y familiares a menudo son indistinguibles de las gárgolas Dixie que ella imaginaba. Es emocionalmente agotador, pero el público sale con una idea de su legado, así como un aprecio por la adversidad que enfrentó.
A veces, cuando terminas de leer una buena novela o una colección de cuentos, esperas retomarla dentro de un año, dos o veinte, para volver a entrar en su mundo y descubrir nueva sabiduría en sus poderes de observación, nuevos destellos de luz en sus giros. Wildcat de Ethan Hawke lanza un hechizo similar, tan rico en detalles, matices y jugo creativo. Basándose en la distintiva voz de Flannery O'Connor, es un retrato sublime de una gran escritora, una película que no puedo esperar a volver a ver por su elegancia visual, sus saltos eléctricos entre la vida de una autora y su obra, y la deliciosa y intensidad lúdica de todas las actuaciones, con Maya Hawke y Laura Linney asumiendo cada una media docena de roles interconectados.
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