El piloto de Landman: Un Negocio Crudo es fantástico y lo elogié como tal. Los temas subyacentes, incluida la dependencia del mundo de una industria que podría destruir el planeta, no podrían ser más oportunos y provocadores. Sin embargo, a medida que avanzaban los episodios y Sheridan procedía a duplicar, triplicar y cuadriplicar sus cansados ​​comentarios sobre las mujeres, era difícil mantener ese mismo nivel de entusiasmo. (...) Dejando de lado la dura moralización y la sorprendente falta de empatía, Tommy tiene razón. Los atajos, ya sea en la vida o en la escritura de guiones, a menudo conducen a resultados mediocres.

Para los propósitos de este drama, abandonó toda pretensión de tener un equipo de guionistas, y con él también dirigiendo los primeros dos episodios, este puede ser el programa más Taylor Sheridan hasta la fecha. Eso significa grandes estrellas (no siempre bien utilizadas), grandes cambios melodramáticos (no siempre bien ejecutados) y grandes desvíos tonales que me dejaron con la duda de si Landman: Un Negocio Crudo pretende ser al menos semi-cómica. Hay un elenco enorme pero muy pocos personajes completamente concebidos, solo muchos monólogos dogmáticos con sombreros Stetson esperando a suceder. Es francamente entretenida y francamente exasperante, caracterizada por los excesos de un productor al que nadie le dice nunca que no.

Lamentablemente, el camino que ha trazado Sheridan no inspira optimismo. Sus debilidades pasadas abruman el material, en detrimento de Landman: Un Negocio Crudo, y en nuestro clima político actual, ese es un tema demasiado vital como para desestimarlo. El hecho de que Sheridan esté arrojando una luz que podría ser bien intencionada sobre cuestiones interseccionales no hace que esa luz se convierta en una hoguera, y no es posible que se junten más aciertos que errores para crear un drama convincente.

Puede ser sombría y lenta, pero también ofrece momentos de ensueño. No es la serie más emocionante o dramática de Sheridan (quienes estén acostumbrados a las luchas internas de Yellowstone o al drama criminal de Mayor of Kingstown pueden encontrarla más difícil de ver), pero está en su mejor forma. Landman: Un Negocio Crudo se basa en el intenso talento de Billy Bob Thornton y el contexto del podcast de Christian Wallace, mientras que Sheridan construye una frontera completamente nueva que vale la pena explorar.