El hombre nunca debe jugar a ser Dios por una sencilla razón: el control. Tras perder a su esposa e hijos en un accidente automovilístico, Will Foster (Keanu Reeves) se dedica de lleno día y noche a tratar de replicar a cada uno de sus seres amados que murieron a través de un programa que crea clones a partir del cerebro humano. Después de vivir un tiempo en armonía y paz, se verá obligado a confesarle el secreto a su esposa, pero esto sólo ocasionará que el gobierno ponga atención en la traición de Foster y le dará caza hasta que pague por el terrible error que cometió.
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