Ballers no es una serie obligada todavía, y los primeros episodios se basan en muchas historias familiares sobre los problemas de la fama. Pero tiene potencial, y su momento podría ser el correcto.

...a pesar de la devastación financiera muy real que representa, Ballers sigue siendo divertida y glamorosa, y representa la buena vida de la que se benefician los atletas, incluidas las conexiones aleatorias en los baños, juguetes elegantes y más. De esta manera, es un poco como Entourage, pero si el programa puede mantener el impulso del piloto, esto podría terminar siendo mucho, mucho mejor.

“Ballers” no es especialmente malo, pero tampoco es especialmente bueno. Es un programa que no es ni pez ni gallina: no es lo suficientemente divertido como para realmente calificar como una comedia (y no es sino hasta el cuarto y último episodio enviado a los críticos que incluso parece estar haciendo todo lo posible para funcionar como una comedia), y tampoco suficientemente serio o complicado para calificar como un drama.

La verdad es que los deportes profesionales son a menudo una mezcla de extrema dedicación y falta de profesionalismo casi impactante. Es un mundo de egoísmo y abnegación. Ballers hace todo lo posible para rebotar de un lado a otro y mostrarlo todo. Al principio, el equilibrio se siente un poco incómodo. El tono se siente como si estuviera buscando un poco, pero al final del primer episodio, todo se siente mucho más natural gracias a personajes secundarios como el ex jugador Charles Greane (Omar Benson Miller), el jugador Ricky Jerret (John David Washington) y el analista financiero Joe (Rob Corddry)...