Con su talentoso elenco, su convincente argumento y su impresionante valor de producción, “Bass Reeves” promete ser una serie imprescindible tanto para los fanáticos del Western como para los entusiastas de la televisión.

La única razón para ver Hombres de Ley: Bass Reeves es la poderosa y conmovedora actuación de David Oyelowo. El aclamado actor británico, tan bueno en Selma y en la poco vista Don't Let Go, es simplemente brillante en el papel aquí. Tierno, duro y notablemente humano, Oyelowo trasciende el tropo occidental que acompaña al género al ser un personaje completamente tridimensional.

Oyelowo es, como era de esperar, fantástico en el papel. Cada una de sus expresiones delata la contemplación de la condición humana y del mundo que ocupa, que se vuelve más complejo y violento cada día que pasa fuera de su casa familiar. El mejor trabajo de Voros consiste en expresar todo el peso espiritual de cada gesto y pensamiento de Reeves.

La serie es intrínsecamente violenta y tremendamente bonita. Los mejores westerns (tanto en la pantalla grande como en la pequeña) entienden que, aunque el mundo en aquel entonces pudiera haber sido más pequeño, ciertamente se sentía más grande. Esto se refleja perfectamente en Bass Reeves a través de tomas amplias de vistas teñidas de oro y grandes extensiones de cielo nocturno oscuro iluminado solo por una fogata. La acción es ingeniosa (aunque no parece que haya suficiente para compensar la lentitud de las escenas circundantes) y el arte histórico es auténtico, incluso si la narrativa no es tan estricta como podría ser.